Por Luis Carranza Torres para Luis Carranza Torres Escritor
Es un lienzo que presenta más de un interrogante. La joven de la perla, Het meisje met de parel en neerlandés es una obra pictórica de Johannes Vermeer realizada entre 1665 y 1667. Resulta acaso su cuadro más famoso y tal vez el que represente en mejor forma el momento cumbre de su pintura.
Se trata de una pintura con la figura de una joven delicada y sencilla, a la que sin embargo es difícil sustraer la mirada. Como el nombre indica, utiliza un pendiente como punto focal. La expresión de la joven, sobre todo en la mirada es la gran protagonista y se complementa con los labios como un segundo foco de atención.
La muchacha, que lleva el cabello recogido en un turbante, está iluminada sobre un fondo oscuro y mira al espectador a los ojos. Desde donde la vea el espectador, hacia donde se mueva, derecha, izquierda, arriba y abajo, la figura del lienzo parece seguirlo con esa inocente mirada. Por eso, muchos la llaman La Mona Lisa holandesa.
Se trata de una obra íntima, descargada de mayores elementos, no sabemos dónde se encuentra y carece de objetos a su alrededor. Hay además un claro contraste entre la oscuridad del fondo y la claridad en las ropas y cuerpo de la joven. Se trata de un lienzo distinto de la otra treintena de obras que conocemos del autor, desde que la joven está retratada muy de cerca, en tal exiguo marco.
La pintura se encuentra actualmente en el museo Mauritshuis de La Haya.
Se trata, desde lo técnico, no de un retrato sino de un “tronie”, palabra que en neerlandés significa “rostro”, denominación empleada en el arte para denominar un tipo de obras, muy comunes en las creaciones del Siglo de Oro neerlandés y en la pintura barroca flamenca, en las que plasma a las figuras con una gesticulación y expresión facial exageradas, buscando ser sino estudios de algún aspecto de la expresión o fisonomía humanas. Antes que plasmar a una persona, se busca mostrar las dotes artísticas del pintor para captar gestos y expresiones fuera de lo común.
Aun siendo uno de los retratos más famosos de la historia del arte, no se sabe quién fue la modelo. Lo que la historia desconoce, el arte se ha permitido aventurar: existe una novela, “La joven de la perla”, de la novela de la escritora estadounidense Tracy Chevalier que se inspira en tal interrogante del cuadro. La cual, a su vez, a dado lugar a una película, Girl with a Pearl Earring, protagonizada por Scarlett Johansson con la dirección de Peter Webber.
El halo de misterio sobre la retratada se extiende asimismo a mucho de la vida de su autor. De Johannes Vermeer, no se sabe quién fue su maestro ni en qué taller aprendió, solo que a los 21 años recibió el título de maestro de la pintura. Por ese tiempo contrajo enlace con Catharina, una muchacha de familia rica con la que tuvo quince hijos de los que sobrevivieron once.
Su nombre ha ido mutando con el paso del tiempo. En la época en que se pintó estaba registrado, seguramente por el propio autor, con el nombre “Un retrato al estilo turco” por el turbante que lleva en la cabeza. Luego se lo conoció como “Joven con turbante” o “Cabeza de joven”. Recién a partir de 1995 cuando se lo consignó como “La joven de la perla” en un destacado catálogo sobre la obra de su autor es que lo empezaron a llamar de esa forma, la más extendida hoy en día.
Bien podría tratarse de una denominación incorrecta, atento la discusión de los últimos años sobre si realmente el colgante se trata de una perla. De acuerdo al astrónomo y pintor holandés Vincent Icke, en un estudio científico al respecto dado a conocer en 2014 se trata de un pendiente de metal.
Ello, en razón que el tamaño es demasiado grande para ser una perla natural, además que el color no se parece al nácar propio de las perlas y tampoco condice con ellas el brillo que se aprecia, más propio de un reflejo metálico, como de espejo.
En suma, un cuadro que acarrea más de un misterio, algunos de ellos tan intensos como la escrutadora mirada de su protagonista.